martes, noviembre 07, 2017

Los partícipes del templo celestial: Apocalipsis y los redimidos

Por Juan Javier Reta Némiga
En las visiones que nos presenta Juan, existen diferentes rangos de personas en el templo celestial:

a)      El sumo sacerdote que aparece en medio de los candelabros o de entre las nubes:

y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una ropa que le llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.” (Apocalipsis 1:12-13)

Y vi a otro ángel poderoso descender del cielo, envuelto en una nube, y con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego (Apocalipsis 10:1).

b)    Diversos ángeles que entran y salen del templo llevando trompetas, incensarios y copas

Y vi a los siete ángeles que estaban delante de Dios; y les fueron dadas siete trompetas.  Y otro ángel vino, y se puso delante del altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. (Apocalipsis 8:2-3)
c)      144,000 que no se han contaminado con mujeres que llevan el Nombre en sus frentes y estan delante del trono (Apocalipis 7:1-8; 14:1-5), y

d)      La gran multitud de todas las naciones que visten túnicas blancas

Los cuáles también se paran delante del trono. Son los que han pasado por la Gran Tribulación y lavaron sus vestidos con la sangre del Cordero.

Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación; y han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su pabellón sobre ellos. (Apocalipsis 7:13-17)
Estos cuatro grupos son similares a los descrito en el texto Damasco de la comunidad de Qumran:

Todos serán inscritos por su nombre: primero los sacerdotes, segundo los levitas, tercero los israelitas y cuarto los prosélitos” (QD XIV).

Es muy probable que las iglesias cristianas hebreas tuvieran una estructura similar.

El sumo sacerdote

La figura del sumo sacerdote también se refleja en otras partes del libro. En Apocalipsis cada carta está dirigida al ángel, al sacerdote (quizás al obispo), quien es el guardián de su iglesia. Esto es similar a la identificación que hace Malaquías con respecto a los sacerdotes. En Malaquías 2:7 leemos:

Porque los labios del sacerdote han de guardar el conocimiento, y de su boca buscarán la ley, porque mensajero es de Jehová de los ejércitos (mensajero es sinónimo de ángel).

Algo similar ocurre con las imágenes respecto a los candelabros y las estrellas.

Apocalipsis 1:20,  nos explica:

En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto son las siete iglesias.

Esta explicación concuerda con las tradiciones del templo. La cual consideraba a las estrellas y los candelabros como símbolos de los ángeles.

Isaías 42:3 enseña, al hablar del futuro reinado del Mesías:

No quebrará la caña cascada ni apagará el apabilo que humea; traerá la justicia con fidelidad.

La palabra hebrea para caña es qnh, la cual también es utilizada para referirse a los brazos de una rama hueca de la menorah. De esta forma, la advertencia hecha al ángel de Éfeso, significa que al quitarse sus líderes el pueblo sería desarraigado. La presencia del sacerdote, era la presencia del ángel guardián, al quitarse el sacerdote, el pueblo es destruido. Quitando la lámpara, el pueblo no tiene razón de ser.

Los sacerdotes 

Otro distintivo de los sacerdotes era el llevar el nombre de Dios. Pablo, al hablar de Jesús, lo presenta como el sacerdote verdadero, como el mesías verdadero:

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra y debajo de la tierra; (Filipenses 2:9-10)
El Jesús celestial, el cual envía su mensaje a las siete iglesias, llevaba el Nombre y la promesa que se le hace al siervo de la Iglesia en Filadelfia es, que dado que él como siervo ha guardado el Nombre, tendrá poder sobre sus enemigos y estos le adorarán. Es decir, es una promesa de exaltación, de ser similar a Cristo. (Apocalipsis 3:8-11)

“…has guardado mi palabra y no has negado mi nombre.  He aquí, yo haré que los de la sinagoga de Satanás, los que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten, he aquí, yo los obligaré a que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado... He aquí, yo vengo apronto; retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona.
La corona, la diadema sacerdotal que lleva el nombre de Dios. Lo mismo ocurre en la visión de los 144, 000 delante del Cordero en el Monte de Sión, llevan su nombre en las frentes, que a la vez, es el nombre del Padre.
Y este es también el nombre sagrado de la Nueva Jerusalén. El profeta Ezequiel también hace un recuento de las doce tribus, y al final da un nombre nuevo a la ciudad:

Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama (Ezequiel 48:35)

Lo cual significa “El Señor está allí”

Lo mismo ocurre en Apocalipsis, el nombre de la ciudad es “El Señor” En su oración intercesora, Daniel pronuncia una idea similar:

Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, oh Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, oh Dios mío, porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo. (Daniel 9:19)

Así tenemos, que tanto el Mesías, como sus sacerdotes y su pueblo, llevan el mismo nombre sagrado.

La idea de llevar el nombre, y ser sellado, indicaba que uno estaba protegido contra las maldades y contra los juicios que se cernían contra las naciones.

 En una de las Reglas de la Comunidad de Qumran encontramos:

 “Y cuando su carne sea rociada con agua purificadora y santificada será limpio por la humilde sumisión de su alma a todos los preceptos de Dios “(1QS III). Tendrán gran paz y larga vida, junto con toda bendición del eterno y alegría eterna sin fin (1QS IV).

Juan el bautista, un contemporáneo de la Comunidad advirtió sobre la ira venidera, y de como los injustos serán quemados como rastrojo, muy similar a los desastres traídos por las seis trompetas. Se librarían de tales plagas los que hubieren sido sellados con el nombre.

El ángel tenía el sello del Dios vivo, es decir, el nombre. Este sello se describe Éxodo 28.36 Como parte importante de la vestimenta del sumo sacerdote:

Harás además una lámina de oro puro, y grabarás en ella, como las grabaduras de un sello: Santidad a Jehová. Y la sujetarás con un cordón azul, y estará sobre la mitra; por la parte delantera de la mitra estará”
El ángel tiene el sello, es decir, el Nombre, lo que indica que fue investido como el sumo sacerdote. Él tenía poder para retrasar la ira hasta que los elegidos estén a salvo, una de las funciones del sumo sacerdote como se puede ver en las historias de Aaron y Fineas (Números 16.41-50; 25.6-13). Teniendo el Nombre, uno podía invocar protección.

El Documento Damasco señala:

Los humildes del rebaño son los que lo vigilan. Ellos serán salvados en el tiempo de la Visitación, mientras que otros serán entregados a la espada cuando Los ungidos de Aarón e Israel vendrán, como sucedió en el tiempo de los antiguos Visitación concerniente a lo que Dios dijo de la mano de Ezequiel: Ellos pondrán una marca en la frente de aquellos que suspiran y gimen. Pero los otros fueron entregados a la espada vengativa del Pacto. (CD VII,. B)

Esto es similar a lo que encontramos en la visión de los 144,000 en Apocalipsis 14:1

Y miré, y he aquí el Cordero estaba sobre el monte Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de su Padre escrito en la frente.

En resumen, la marca en la frente, el sello, era el Nombre que el Cordero recibió de su padre, es decir, la marca del sumo sacerdote. Era el nuevo nombre prometido al ángel de la iglesia en Filadelfia:

"Escribiré sobre él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios ... y mi propio nombre nuevo (Apocalipsis 3.12).

Este nombre, bien pudo haberse representado por la antigua letra Tau, en forma de cruz, de ahí que se utilizara dicho símbolo en el bautismo, tal y como ocurre en el ritual católico hasta la fecha. Así, los verdaderos  siervos del Cordero, son los que llevan su nombre en sus frentes, son los del real sacerdocio, los que son lavados y santificados para adorar delante del trono, tal y como lo hizo el profeta Isaías.

Debemos analizar entonces el capítulo 14, también desde una perspectiva del templo y sus festividades.

Los 144 000

Los 144 000 son los “primeros frutos”. Con las 'primicias' ya reunidas en Sión, Juan observa como ángeles salen del templo para cosechar la tierra. Estas escenas corresponden a la secuencia anual de festivales del templo: la Pascua, la fiesta de las Semanas y luego la Ofrenda del Vino Nuevo.

El Rollo del Templo de la comunidad de Qumran contiene un calendario de festivales y sus fechas que difiere de cualquier otro conocido previamente; el año fue 364 días, exactamente 52 semanas, así todos los años comienzan el mismo día de la semana. La Pascua, el 14 Nisan, siempre caería en un martes y la gavilla de los primeros frutos mencionados en Levítico 23.10, también conocido como el Omer, tenía que ser ofrecida el día después del Sábado al finalizar la Fiesta de los Panes sin levadura. La gavilla, entonces se ofrecía el día 26 Nisan. Siete semanas después de eso, el día después del séptimo sábado, tenía lugar la “nueva ofrenda” de grano para SEÑOR', correspondiente al grano nuevo  ofrecido en Levítico 23:15-21 misma que servía también como una fiesta de las primicias del trigo Esto caía el 15 de Sivan. El Pergamino del Templo luego prescribe una ofrenda no mencionada en Levítico; siete semanas después del ofrecimiento del nuevo grano el día después del sábado, el vino nuevo debía ser ofrecido por todas las doce tribus de Israel (11QT XVIII-XIX), una fiesta que cayó el 3 de Abid. Este calendario es importante para entender Apocalipsis 14, ya que, siguiendo las festividades, las profecías coinciden con la destrucción de Jerusalén, hacia la Pascua del año 70.

Los Ciento Cuarenta y Cuatro Mil y El Cordero se encuentra en el Monte Sión, un motivo que se encuentra en el Salmo 48, donde el SEÑOR, su gran Rey, está en su monte santo en medio de su ciudad, y su presencia aterroriza a los reyes que intentan atacar. Esto da una contexto para la visión; Jerusalén está bajo amenaza de ataque enemigo y la ciudad está protegida por el Cordero. El Cordero en Sión también ocurre en Salmo 2: 6,10

"Pero yo he apuesto mi rey sobre Sion, mi santo monte.

y en el Salmo 110:

Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; domina en medio de tus enemigos

El cordero en Sión es la misma figura que el niño destinado a gobernar las naciones con una vara de hierro, que había sido "arrebatada" al trono de Dios (Apocalipsis 12:5, basado en Salmo. 2.9). Los reyes y los gobernantes han conspirado contra él y planeado en vano (Sal. 2.1), un versículo cumplido en la conspiración de Herodes y Pilato contra Jesús (Hechos 4:26-28). Esta vana conspiración contra el Cordero es la guerra en la tierra representada en el Libro de Apocalipsis de el momento en que Satanás es arrojado del cielo (Apocalipsis 12.7) hasta el momento en que está atado en el abismo (Apocalipsis 20.2). Seguro en medio de la agitación está el Cordero en Sión:

Mas bien yo aplastaré delante de él a sus enemigos,y heriré a sus adversarios. Y mi fidelidad y mi misericordia estarán con él, y en mi nombre será exaltado su poder. Asimismo, pondré su mano sobre el mar,y sobre los ríos su diestra. Él clamará a mí: Mi padre eres tú,mi Dios, y la roca de mi salvación. Yo también le haré mi primogénito,el más excelso de los reyes de la tierra. (Salmos 89:23-27
La palabra clave para entender Apocalipsis 14: 1-5 es: 'El primogénito' porque la multitud en Sion no ha sido redimida como las 'primicias' sino como 'primogénitos'. La palabra utilizada en el texto griego es aparche, que se refiere a toda una serie de ofrendas relacionadas con el templo tales como diezmos, grosura, primicias. Las primicias no eran redimidas, sino una ofrenda, los redimidos eran los primogénitos.

En el antiguo convenio, todos los animales primogénitos fueron sacrificados, pero los hijos primogénitos fueron redimidos. Como un recuerdo de su redención se celebraba la Pascua, quienes fueron salvos por la marca puesta.

y por esta causa yo sacrifico para Jehová todo primogénito macho y redimo a todo primogénito de mis hijos. Te será, pues, como una señal en tu mano y por frontales delante de tus ojos, ya que Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte. (Éxodo 13:15-16).
Un primogénito podía ser redimido por cinco piezas de plata (Números 18:16) o por un levita ofrecido para servir en el templo (Números 3:31).
De tal forma que las primicias en el Monte de Sion, fueron de hecho los primogénitos.
Pero vosotros os habéis acercado al monte Sion, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, y a la compañía de muchos millares de ángeles, y a la asamblea y a la iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos perfectos (Hebreos 12:22-23)
Los primogénitos fueron “redimidos” y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo blinaje, y lengua, y pueblo y nación (Apocalipsis 5:9) y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,

En otras palabras, los 144,000 en el Monte Sión son una ofrenda en primicia de los primogénitos del pueblo, es decir, Israel que ha sido redimido. No son un grupo aparte en atributos de la multitud descrita más adelante con las ropas blancas del sumo sacerdote en su representación del Señor, sino una ofrenda especial, un grupo especial selecto para cumplir una misión.

Los 144,000 están marcados en la frente con el Nombre del Cordero y el Nombre de su Padre, en otras palabras, llevan el Nombre divino en sus frentes al igual que los sumos sacerdotes. Fueron sellados con el sello del Dios vivo (7.2), que fue el sello grabado con el nombre y usado por el sumo sacerdote (Éxodo 28.36). Esta era una cruz diagonal que se convirtió en la marca del bautismo cristiano. La  multitud en Sión son los primeros resucitados del reino del milenio (Apocalipsis 20.4-5).

El Cordero triunfante en el Monte de Sion aparece también en 2 Esdras, un texto de origen judío y conocido por los primeros cristianos. En los capítulos 2,  11 al 13, encontramos ideas muy similares, tales como la de una gran multitud que se reune para atacar al Cordero, luego como éste se revela como el Hijo del Hombre y reúne a una multitud pacífica, que más adelante se describen como las 10 tribus perdidas de la casa de Israel. Más adelante esta multitud es coronada y recibe palmas, mientras mudan su ropa mortal.

Huid de la sombra de este siglo, recibid la alegría de vuestra gloria; doy testimonio abiertamente de mi Salvador. Recibid el don del Señor y alegraos dando gracias a aquel que os ha llamado a un reino celeste. Levantaos, erguíos y ved el número de aquellos que están marcados para el banquete del Señor.. Aquellos que se han salido de la sombra de los siglos, recibirán del Señor espléndidas túnicas. Sión, recibe todos tus bienes, encierra a tus hijos vestidos de blanco que ha cumplido la ley del Señor. El número de tus hijos que deseabas está completo; ruega al Señor que santifique a tu pueblo que ha sido llamado desde el origen. Yo, Esdras, vi en la montaña de Sión una gran muchedumbre que no pude contar, y todos alababan al Señor con sus cánticos. En medio de ellos había un joven de gran estatura, mayor que todos, que colocaba coronas en las cabezas de cada uno de ellos y se elevaba aún más; yo estaba sobrecogido por esta maravilla. Entonces interrogué al ángel y le dije: ¿Quiénes son éstos, Señor?. Este me respondió: Son aquellos que han depositado las vestiduras mortales y que han recibido las vestiduras inmortales: que han confesado el nombre de Dios; ahora, están coronados y reciben palmas.. Proseguí: ¿Quién es este hombre que los corona y les da palmas en sus manos? Él (ángel) me respondió: Es el hijo de Dios al que han confesado en el siglo. Entonces comencé a glorificar a aquellos que habían aguantado animosamente por el nombre del Señor.” (2 Esdras 36-47)

Los 144,000 “no se han contaminado con mujeres”. Ya que el contexto de la visión es la guerra, cuando el Cordero y sus huestes en Sión guerrean contra el dragón y la bestia, la pureza es un signo de preparación para la guerra santa. Los guerreros tenían que abstenerse de toda impureza (Deuteronomio 23:9-10) y esto incluía actos sexuales. (Esta prohibición es una parte importante de la historia de David y Betsabé. Aunque a su esposo Urías se leda la autorización para ir a casa, después de la batalla, este se niega, ya que estaba bajo purificación (2 Samuel 11.11).) Ideas similares, encontramos en El Rollo de Guerra de Qumran:

Ningún hombre bajará a la batalla siendo impuro debido a sus emisiones”(1QM VII).

 Los 144,000 también fueron impecables, literalmente 'sin mancha, físicamente perfectos, otra indicación de que eran sacerdotes, ya que uno de los requisitos para el sacerdocio era la perfección física. (Levítico 21.18-23).  
Estos guerreros sacerdotes  siguen al Cordero donde quiera que vaya, un motivo familiar de los Evangelios, donde a menudo se asocia con el sufrimiento y martirio, por ejemplo, Marcos 8.34, Juan 8.12: o Juan 13.36:

'Y en su boca no se encontró ninguna mentira' (Apocalipsis 14.5)

Podría ser una referencia para el Siervo "no había engaño en su boca" (Isaías 53.9), o a la visión de Sofonías del pueblo del SEÑOR en los últimos días:

El remanente de Israel no cometerá iniquidad ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa, porque ellos serán apacentados y reposarán, y no habrá quien los espante "(Sofonías 3.13).

Un contraste con Satanás y sus seguidores, ya que él es el Padre de las mentiras.

Los 144,000 en  Apocalipsis 14.1-5 son entonces los guerreros celestiales del Cordero, el ejército del cielo vestidos de lino fino que luego lo seguirán desde el cielo cuando cabalga contra la Bestia (19:14). Son las huestes del SEÑOR de los ejércitos, el ejército celestial descrito en el Rollo de la Guerra que luchará desde el cielo" (1QM XI)

Esta imagen fue la que inspiró la resistencia en Jesuralén en el año 70, cuando pensaban que el Mesías aparecería con este ejército y los libraría de Roma. Por lo menos esta era la idea que tenía Juan de Gischala, el líder zelote en Jerusalén. El Señor no protegió entonces a quienes lo habían rechazado.

La gran multitud.

Cuando Juan el Bautista vio venir a muchos fariseos y saduceos para recibir el bautismo, dijo: '¿Quién os advirtió que huyeseis de la ira venidera?' (Mateo 3.7). Cuando Pedro habló a la multitud de peregrinos en Jerusalén el día de Pentecostés y les mostró que los eventos del tiempo del fin había comenzado, preguntaron, 'Hermanos, ¿qué haremos?' (Hechos 2. 37). Juan el Bautista y Pedro ambos ofrecieron la misma protección: el bautismo. Los redimidos de esta visión son los bautizados que han sido protegidos de la ira inminente. La multitud con túnicas blancas son tanto los gentiles cristianos, como los miles de Israel que aceptaron la invitación de Juan y otros antes que él que se habían preparado para los últimos tiempos.

De esta forma, aunque encontramos cuatro grupos distintos, al final, todos son partícipes del don celestial, todos reciben las mismas bendiciones y llevan el nombre de su Dios en sus frentes, porque la exaltación es ofrecida finalmente a todos los hijos de Dios.

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